Quería ponerme en contacto contigo desde hace días, a medida que todo iba saliendo como era de esperar, pero las sensaciones vividas, para una familia como la nuestra que era la primera vez que podíamos disfrutar de algo como lo que hemos vivido, aplazaban un día tras otro la intención, quedando en el subconsciente la idea típica del «no new good news» para tí. Ya le llamaré. Ya le mandaré un wassap. Y así.
No ha sido hasta la vuelta, hasta volver al «cocoon» doméstico, arropados por lo conocido y previsible, por lo controlable, cuando uno retorna a la realidad y se da cuenta de que el viaje soñado se ha cumplido, y en gran medida se debe a vuestro trabajo, como al escenario donde ha tenido lugar.
Por todo ello quiero agradecerte a tí y a tu equipo ese trabajo llevado a cabo, pagado, sí, por encima de lo que teníamos previsto, pero llevado a su fin con total profesionalidad, lo que demuestra que ese «no news good news» es a fin de cuentas el mejor premio.
Sin embargo, a todos nos gusta una palmadita dada en la espalda por nuestro trabajo, y estas palabras quizá pedantes, quizá melifluas, valgan como palmada. Son sinceras.
No sé si podremos repetir algo así. Circunstancias económicas mandan. Lo que tengo claro es que si alguien me pregunta por quién le puede organizar un viaje a Dolomitas con totales garantías de éxito le daré tu razón.
Un cordial saludo.
Pd.: una lástima no haber tenido la ocasión de ponernos caras con unos bombardino entre ambos como máxima distancia. Me hubiera gustado.Creo que eres un apasionado por el monte y por tu trabajo. Como yo.
Santiago